D32 - En passant par l'Uruguay / Pasando por Uruguay

Après une traversée de 3h qui nous a paru passer en quelques minutes, nous voici du côté Uruguayen du Rio de la Plata, dans la petite ville de Colonia del Sacramento. Fondée en 1680 par les Portugais (auxquels elle appartiendra près d’un siècle) avant de passer aux mains des Espagnols, Colonia conserve de superbes vestiges de son origine coloniale.

On consacre la première après midi à la préparation de la suite du voyage, et on sort juste faire quelques courses et admirer le bord de mer. La fraîcheur du petit patio de l’hostel en cette chaude journée suffit à notre bonheur.

Le lendemain, nous voilà lancés à la découverte de la vieille ville, située sur une petite péninsule entourée d’une charmante petite promenade. Contrairement à ce qu’on nous promettait, la ville est étonnament tranquille et peu de touristes sont à l’horizon. Nous profitons donc à plein de cette superbe journée pour faire le tour des rues pavées parsemées (intentionnellement) de vieilles voitures, des places aux arbres fleuries et de la jolie vue depuis le phare.

Tardamos 3 horas (que parecen minutos) para cruzar el río de la Plata, y llegamos al lado Uruguayo en la pequeña localidad de Colonia del Sacramento. La fundaron los Portugueses en 1680 (y se la quedaron durante casi un siglo) antes de que pasara a manos de los Españoles, y conserva espléndidos vestigios de su origen colonial.

Dedicamos la primera tarde a preparar las siguientes etapas de nuestro viaje, solo salimos a hacer la compra y a pasear por el borde del mar. El frescor del patio del hostel nos conviene en esta calurosa tarde veraniega.

Al día siguiente, nos lanzamos a descubrir la ciudad vieja, ubicada en una pequeña península rodeada por un bonito paseo. Al contrario de lo se nos había dicho, la ciudad es sorprendentemente tranquila y se ven pocos turistas. Aprovechamos a fondo para pasear por la calles empedradas (intencionalmente) llenas de coches antiguos, por las plazas con arboles en flor y para disfrutar la hermosa vista desde arriba del faro.

Le soir, après quelques heures de bus, nous arrivons à Montevideo. Le premier aperçu (les lumières de la ville se reflétant dans la baie) est prometteur. La gentillesse de notre chauffeur de bus et la découverte de notre chambre sont un vrai bonheur!

Le lendemain, on commence la balade, entre surpris et charmés par les contrastes de cette ville: à 2 pas de l’auberge, un marché coloré s’est installé en pleine rue. Un peu plus loin, le ramassage des ordures est assuré… à cheval! De retour sur l’avenue central, c’est un curieux mélange entre bâtiments coloniaux, architecture moderne et années 60, le tout sublimé sur la place principale, où cohabitent le palais présidentiel, tout de verre, un hideux immeuble gris et quelques théatres et palais d’inspiration coloniale. Nous sommes curieux de découvrir la vieille ville qui s’ouvre devant nous par une longue rue piétonne bordée de boutiques.

Por la noche, después de algunas horas de autobús, llegamos a Montevideo. Las primeras vistas (las luces de la ciudad reflejándose en la bahía) son alentadoras. La amabilidad del chófer del bus que cogemos y la vista de nuestra habitación son un auténtico placer!

Al día siguiente, empezamos el paseo medio sorprendidos medio seducidos por los contrastes de esta ciudad: a la vuelta de la esquina nos espera un mercadillo lleno de colores. Un poco más lejos, descubrimos sorprendidos que aquí, se colecta la basura a caballo! De vuelta en la avenida principal, contemplamos una mezcla curiosa entre edificios coloniales, un asqueroso inmueble gris y algunos palacios y teatros de inspiración colonial. Tenemos curiosidad a la hora de descubrir el casco viejo que empieza en aquel punto por una larga calle peatonal con muchas tiendas.

La balade est agréable, puis quand on sort de cette artère, la déception commence. Les bâtiments anciens tombent en ruine, les murs sont sales et taggés. Plus on avance en direction de la pointe de la Péninsule, plus les rues sont désertes, mal fréquentées et d’aspect lugubre. On renonce à aller jusqu’au bout, et on essaie de retrouver des lieus plus fréquentés en se dirigeant vers le sud, où nous attend le spectacle affligeant d’un temple Anglican couvert de tags, de pelouse brûlées… On nous avait vendu une “rambla” le long du front de mer, c’est une mini autoroute grouillant de traffic, une “promenade” bétonnée donnant sur une eau où baignent à peu près tous les types de détritus possibles…

El paseo es agradable, pero nada más alejarse de esta calle céntrica, Montevideo nos empieza a decepcionar. Los edificios antiguos están a punto de caerse, las paredes están sucias y llenas de tags. Cuanto más avanzamos hacia la punta de la península, más desiertas o mal frecuentadas parecen las calles, más la ciudad tiende a tener un aspecto lúgubre. Nos damos la vuelta para encontrar sitios más poblados y bajamos hacia el sur donde nos espera el espectáculo patético de un templo anglicano cubierto de todos tipos de mensajes, de céspedes quemados… Nos habían descrito una rambla a lo largo del paseo marítimo, pero lo que encontramos es una mini autovía con mucho tráfico, un “paseo” de cemento y ladrillos que da vista a un agua dónde flotan todas las porquerías que unos puede imaginar…

On préfère rentrer, tant cette balade nous laisse un gout amer dans la bouche. Montevideo a la chance d’être dans un cadre naturel avantageux, d’avoir un patrimoine à mettre en valeur, mais donne la sensation d’être laissée à l’abandon… Notre auberge (voir notre avis dans la rubrique “recommendations”) ne nous facilite pas la tâche non plus en nous ruinant la 2nde journée que nous devions passer en ville, nous la passerons à la gare routière…

Preferimos volver al albergue, con el sabor amargo que nos deja este paseo. Montevideo tiene la suerte de estar en un marco natural bonito, de tener un patrimonio que se puede mantener, pero da la sensación de estar medio abandonada… Nuestro hospedaje (que hemos puesto en el cuadro de “recomendamos”, aunque en este caso habría que cambiar el título) no nos ayuda a tener mejor opinión ya que nos echó a perder nuestro segundo día que teníamos previsto pasar por el centro, y que vamos a disfrutar en la estación de autobuses…

En conclusion, on gardera une opinión contrastée de l’Uruguay. C’était plus un point de passage qu’un objectif de notre voyage, et on se gardera de donner un avis définitif tant nos points de vue divergent qu’il s’agissent de Colonia ou de Montevideo. On attend désormais le Brésil avec plus d’impatience encore!

Para concluir, guardaremos una opinión dual de Uruguay. Era más una etapa necesaria que un objetivo de nuestro viaje, y no vamos a dar una opinión definitiva ya que nuestros puntos de vista son tan alejados que se trate de Colonia o de Montevideo. Ahora, llegamos a Brasil con aún más expectativas!